Para
mí, una de las noches más mágicas del año es la de San Juan. Supongo
que porque me recuerda la cantidad de rituales para hacer esa noche que
leía de pequeña en las revistas.
Los
dos que más me llamaban la atención eran el de bañarse en la playa a
medianoche (vivo en Madrid, ciudad sin mar. Quizá por eso me llamaba
tanto la atención).
El otro es el de las hogueras.
Había
oído que había varios sitios en Madrid donde se hacen hogueras de San
Juan. Tras indagar un poco por internet y otro poco entre amigos, supe
que en el céntrico parque de la Cornisa se hacen hogueras en la noche de
San Juan desde hace
muchos años.
Y para allá que fui el jueves pasado, en la Noche de San Juan.
Salí
muy tarde de casa, y apenas puse el pie en la calle me dí cuenta de que
no llevaba la cámara de fotos. Como quería llegar antes de medianoche
al parque, elegí no volver a por ella por no perder más tiempo, pensando
que haría las fotos
para este post con el móvil.
Ya en el parque ví que apenas tenía batería en el móvil, así que pude hacer muy pocas fotos.
El parque de la Cornisa está detrás de la Basílica de San Francisco el Grande.
Cuando
me iba acercando, ví a docenas de jóvenes que iban también en la misma
dirección. Se respiraba aire festivo y muchas ganas de pasarlo bien.
Mapa señalando dónde está el parque de la Cornisa |
Me
dirigí a la dalieda de San Francisco, junto a la basílica, pensando que
era la parte superior del parque de la Cornisa, sin saber que el parque
está justo a los pies de la dalieda.
A
pocos metros de la dalieda, me sorprendió ver salir sobre las rejas que
la rodean a farolillos voladores chinos, que surcaban el aire cada vez
más arriba.
Uno de los farolillos sobrevolando el parque |
Entré, y ví algunos grupos de chicos sujetando entre risas algunos de estos farolillos hasta que se elevaran.
Un farolillo volador a punto de despegar |
La
verdad, me parecieron peligrosos: la llama que llevan para poder
elevarse puede prender en la copa de algún árbol a su paso, o entrar en
alguna casa a través de una ventana abierta y liarla parda.
Y a la vez me parecieron muy bonitos, sobre todo cuando despegan el vuelo.
Algunos llevaban escritos mensajes, como éste, que entre otras cosas ponía "Felicidad en Madrid":
Otro farolillo chino, éste con mensajes escritos |
Rodeé la verja de la dalieda, y bajé al parque de la Cornisa. Había cientos de personas, todas de buen humor y pasándolo bien.
Muchas
estaban en grupos en plan botellón, y ví 2 o 3 personas extranjeras
arrastrando un carrito de compra de un lado a otro, mientras ofrecían el
contenido del mismo a todos los que encontraban a su paso: “¿cerveza?
¿cerveza? ¿quieres
cerveza? ¡Cerveza fresca!”.
Una de las hogueras del parque. Y atrás a la izquierda, otra a punto de apagarse |
Había un grupo de chicos tocando tambores a ritmo frenético entre los aplausos de la gente.
Ví
varias hogueras de muy distinto tamaño: algunas ya a punto de apagarse,
con más humo que fuego, y con varios niños alrededor jugando a
saltarlas con gesto de valentía.
Otras
mucho más grandes, que saltaban los adultos: a veces una sola persona, a
veces parejitas de novios o grupos de amigos cogidos de la mano.
Gente alrededor de la hoguera |
Ví
una pareja de mediana edad, que habían traído un carrito de la compra
lleno hasta arriba de periódicos y revistas, y con ellos alimentaban una
hoguera a un metro de ellos.
Una de las hogueras, con gente preparándose para saltar |
La gente escribía como podía cosas en papelitos, y los echaban al fuego con cara de ilusión.
Entonces
recordé que uno de los rituales consiste en escribir en un papel las
cosas que quieres que se vayan de tu vida… busqué en el bolso, y
encontré un ticket de la compra que podía servirme para escribir en él,
pero no un bolígrafo
(¿qué habré hecho con él, si siempre llevo uno en el bolso?). Se me
ocurrió escribir con la barra de labios, y así lo hice… menos mal que
sólo eran 3 palabras y más o menos me pude apañar…. Luego arrugué el
papel, y lo eché a la hoguera con la misma ilusión
que los demás.
Y más gente preparándose para saltar |
Miré
la hora, y era algo más de la 1AM. Al día siguiente madrugaba, por lo
que decidí volverme a casa. Y no por falta de ganas de quedarme, porque
el ambiente en el parque era estupendo.
Me gustó mucho. Repetiré otros años la visita a este parque, sin duda. Pero no el año que viene, que la noche de San Juan cae en viernes, y si puedo me iré al Mediterráneo a cumplir con el ritual de bañarme en el mar a medianoche, que lo tengo pendiente.
Dónde: parque de la Cornisa en Madrid. Calle del Rosario.
Cuándo: cada Noche de San Juan (23 de Junio)